Arturo es de Bogotá, Colombia. Actualmente vive allí con su esposa e hija y enseña inglés en una escuela local.

Arturo dedica su carrera y sus aficiones a la comunicación. Puede que no parezca relacionado, pero la mayor parte de lo que hace es compartir historias y experiencias.

Le gusta cantar y tocar la guitarra, así como actuar en representaciones teatrales y en papeles de doblaje. ¡El tema subyacente de todos estos es la comunicación!

Aprender, hablar y dominar el inglés no es diferente.

Por supuesto, Arturo tiene otros pasatiempos que no están relacionados con la comunicación, como andar en bicicleta, jugar fútbol y caminar en la naturaleza, ¡pero estos aún contribuyen a las historias que puede compartir con otros!

¡Y ahora puede hacerlo en dos idiomas y, pronto, en un tercer idioma (francés)!

El inglés siempre ha sido un punto curioso para Arturo. A pesar de que el sistema de enseñanza del inglés en Colombia no era tan sólido como en otros lugares, se propuso aprender por su cuenta y estudiar mucho. Estaba decidido a lograr un nivel de inglés lo suficientemente alto en el que apenas tuviera acento o no tuviera acento.

¡Después de años de estudiar y seguir una carrera universitaria en la enseñanza del inglés, logró su objetivo!

Sin embargo, sabe que, como en otros aspectos de la vida, uno es siempre estudiante, siempre aprendiendo. Su deseo innato de seguir aprendiendo, de seguir usando su cerebro al máximo lo empuja a él y a sus alumnos a sentir esta pasión, ya que han comentado que, gracias a él, aprendieron inglés más rápido y más fácilmente que con otros profesores.

El COVID fue duro para todos y Colombia no fue diferente. Cuando COVID cerró su escuela y transfirió todo a Internet, los estudiantes colombianos tuvieron dificultades para adaptarse. Las herramientas no estaban disponibles para todos los estudiantes, por lo que algunos estudiantes tuvieron más dificultades para mantenerse al día con sus estudios que otros.

Antes, como maestro, el objetivo principal de Arturo era ayudar a sus alumnos a crecer en su aprendizaje del idioma inglés, pero ahora encontró una nueva meta, una meta complementaria.

Este objetivo no solo era ayudar a sus estudiantes a crecer en su viaje por el idioma, sino también ayudarlos a mantener la motivación y ayudarlos a obtener recursos y herramientas externas como tabletas, teléfonos celulares, computadoras, comestibles, etc.

Era tan apasionado por sus estudiantes que él y su familia contribuyeron con sus propios recursos y él dedicó tiempo a recaudar fondos. Compartió las historias de sus alumnos y pudo adquirir los artículos necesarios para ellos.

Ahora, se da cuenta de que su trabajo es más que enseñar, es ser un satélite de ayuda, un mensajero para sus alumnos, tanto para estudiantes de inglés y español presenciales como online.